
La noche cae como gran meteorito
las estrellas se rien de mis ansias de dormir
de mis sueños acumulados que reclaman,
por ser ejecutados
Las horas pasan como pequeño riachuelo,
apunto de estinguirse
Anhelo desesperado las primeras luces del alba
que acabaran con el martirio
de ojos rojos y llorosos
garganta corroida por los mil cigarrilos
el estomago asidado por el café
la espalda curva después de la eterna noche
la manos frias por la quietud
La esperanza de la mañana
trae a este ser agonizante
a un mundo soñado en el que morfeo
es rey y señor
donde su suave voz canta una canción,
de cuna
el que paulatinamente me sumerge
en el sueño ambiciando